domingo, 14 de octubre de 2007

Bogotá, D.C. (Destino de un cuentero)




Caminaba de espaldas al edificio Colpatria, sobre la carrera séptima, mientras unos pasos me seguían por detrás. El tráfico no dejaba cruzar a la gente, quizá era hora pico, quizá se había terminado el pico y placa. Era un tibio domingo de septiembre, y en el aire de Bogotá se respiraba solo cenizas. Volví a escuchar los pasos detrás de mí y pensé todos sienten que alguien los sigue en Bogotá. Cuando gire mi cabeza él estaba ahí, un muchacho, me miró y me mostró dos euros. “Cuantas cosas me puedo comprar con esto” me preguntó el joven. Su rostro tenía algunas manchas, parecían quemaduras de la noche anterior; estaba vestido con un manto negro, muy sucio. Su pelo negro que le llegaba por los hombros tenía algunos agujeros. “Así pasa, así son” me respondió cuando le pregunte quien lo había maltratado así. Toma esto es lo único que te puedo dar hermanito, un Varieté. A veces la policía por las noches los inyecta, los golpea, les prende picanas, los mata sin escrúpulos. Ellos caminan por las calles, pidiendo ayuda, mientras el consumismo les da bofetadas en la cara.

Las cenizas provenían de la montaña. Una nube gris estaba bajando desde las alturas, asfixiando de a poco a todos los habitantes de la ciudad. Me acuerdo que era el último domingo de septiembre y pensé en tomarme un cafecito en La Candelaria. Uhhh la Candelaria, un barrio de casas de colores, de artesanos, de bohemios, de escritores….
Llegue al Chorro de Quevedo (la plaza donde supuestamente empezó la ciudad) y me senté a escuchar a un cuentero… “¿Cúal es la diferencia entre un vidrio y un espejo?” me preguntó. Yo estaba pensando en el proceso bolivariano de Chávez cuando mi compañera me despertó. “Tal vez el material” le contesté y volví a sumergirme en la revolución. Cada vez se veía menos, el aire se había transformado en una densa masa que bajaba desde los cerros. Me levanté luego de dejarle una moneda al cuentero y comencé a vender Varieté ´s.
“Hola si que tal, muy buenas tardes… yo vengo viajando desde hace algunos meses y bueno está es la forma que tengo para solventar el viaje no…)
Pufff seguimos por el camino de la imaginación.

El sol bajaba, el calor se iba, el frío llegaba y esa espesa nube estaba cada vez más instalada en la ciudad. “El gobierno de Uribe apoyó la guerra contra Irak, el plan Colombia (riego indiscriminado de gilfosato sobre las plantaciones y sobre los campesinos colombianos, ósea guerra química contra el agua, el aire y el clima de este mundo) y vuelven a las Farc una potencia nacional” se escucha por las calles de Bogotá hoy. Una guerra, dos guerras, tres guerras. Un Vietnam, dos Vietnam, tres Vietnam. Llega la noche y el pueblo se esconde, ¿de que se esconden?. Entro a un bar, me siento a leer un libro de Andrés Caicedo, pensando en lo que esconde una ciudad en su interior. El norte y el sur, así se divide la gran metrópoli colombiana, pobres contra ricos. Levantó la cabeza y miró en la TV que la montaña se está incendiando. Llamo a la mesera y le pregunto “te puedo pagar con un Varieté”.

Bogotá, septiembre….

Bucaramanga Experience 2007

Ballenato a todo volumén, una cuadrilla todo terreno. Las montañas invitan a apreciar está bella ciudad en pleno crecimiento. Así como en otros lugares del mundo, la especulación inmobiliaria y las grandes edificaciones están por doquier...
" Hey ñero malparido, venga tomese una cervecita, coma algo ñero"
Gracias por la buena energía gente.

La banda de atrás.







miércoles, 10 de octubre de 2007

El Che, caminando por los pueblos



De Rosario hasta la Higuera no hay tantos kilómetros, aunque esos fueron sus primeros puntos de inflexión. Atravesó nuestro continente desplegando la bandera de la solidaridad, como alguna vez le escribió a sus hijos "sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario". Su vida y obra serán por los siglos de los siglos un estandarte en medio del campo del horror que hoy la civilización del consumismo inyecta en todos nosotros. Tomamos algunas notas, poemas y resúmenes de él y grandes escritores:

El Miedo global

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tiene miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.
Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo a morir, miedo a vivir.

Eduardo Galeano



Yo tuve un hermano

Yo tuve un hermano
no nos vimos nunca
pero no importaba

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía

Lo quise a mi modo
le tomó su voz
libre como el agua

Caminé de a ratos
cerca de su sombra
no nos vimos nunca
pero no importaba

Mi hermano despierto
mientras yo dormía.
Mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida


Julio Cortázar

Che

Lo han cubierto de afiches, de pancartas
de voces en los muros
de agravios retroactivos
de honores a destiempo

lo han transformado en pieza de consumo
en memoria trival
en ayer sin retorno
en rabia embalsamada

Han decidido usarlo como epílogo
como última thule de la inocencia vana
como añejo arquetipo de santo o satanás

y quizá han resuelto que la única forma
de desprenderse de él
o dejarlo al garete
es vaciarlo de lumbre
convertirlo en un héroe
de mármol o de yeso
y por lo tanto inmóvil
o mejor como mito
o silueta o fantasma
del pasado pisado

sin embargo, los ojos incerrables del Che
miran como si no pudieran no mirar
asombrados tal vez de que el mundo no entienda
que treinta años después siga bregando
dulce y tenaz por la dicha del hombre.


Mario Benedetti

Che Guevara

Como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera,
como si el Plata vegetal viniera
con Cauto a juntar agua y ternura,

así Guevara, el gaucho de voz dura,
brindó a Fidel su sangre guerrillera,
y su ancha mano fue más compañera
cuando fue nuestra noche más oscura.

Huyó la muerte. De su sombra impura,
del puñal, del veneno, de la fiera,
sólo el recuerdo bárbaro perdura.

Hecha de dos un alma brilla entera,
como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera.


Nicolás Guillén


Dedicada a la mujer latinoamericana

Vieja María vas a morir
quiero hablarte en serio
ni pidas clemencia a la muerte
para ver crecer a tus caricias pardas
los cielos son sordos y en ti manda el oscuro Ernesto Che Guevara de la Serna
sobre todo tendrás una roja venganza
lo juro por la exacta dimensión de mis ideales
tus nietos todos vivirán la aurora
muere en paz vieja luchadora


Ernesto Guevara de la Serna



"Nuestros ojos libres se abren hoy a nuevos horizontes y son capaces de ver lo que ayer nuestra condición de esclavos coloniales nos impedía observar; que la civilización occidental esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de hienas y chacales".
En el discurso a la XIX Asamblea General de las Naciones Unidas.(11 de diciembre de 1964).


La aventura:

¿Comandante usted sigue siendo Argentino?
Entrevista en la reunión ministerial del Consejo Interamericano Económico y Social de la OEA, 9 de agosto de 1961.

- Yo nací en Argentina... Permítame que sea un poquito pretencioso al decirle que Marti nació en Cuba y Martí es americano; Fidel nació en Cuba y Fidel es americano: yo nací en Argentina, no reniego de mi patria de ninguna manera, tengo el sustrato cultural de la Argentina, me siento tan cubano como el más y soy capaz de sentir en mí, el hambre y los sufrimientos de cualquier pueblo de América, fundamentalmente, pero además de cualquier parte del mundo.

"Allí comprendimos que nuestra vocación, nuestra verdadera vocación, era andar eternamente por los caminos y mares del mundo. Siempre curiosos, mirando todo lo que aparece ante nuestra vista. Olfateando todos los rincones, pero siempre tenues, sin clavar nuestras raíces en tierra alguna, ni quedarnos a averiguar el sustratum de algo; la periferia nos mandaba".

El 9 de octubre pasado se cumplieron 40 años de la muerte del Comandante Ernesto Che Guevara de la Serna. Este es el pequeño homenaje....

Desde Venezuela, Mérida


Le Tit...
El turclown....




Fuentes:

- Patas para Arriba, pág 83 (Eduardo Galeano).
- Archivo reunión ministerial del Consejo Interamenricano Económico y Social de la OEA, 9 de agosto de 1961.
- discurso a la XIX Asamblea General de las Naciones Unidas.(11 de diciembre de 1964).
- poemas de Mario Benedetti, 1967
- poema de Julio Cortazar París, 29 de octubre de 1967
- poema de Nicolás Guillén, 1964

domingo, 7 de octubre de 2007

El aeropuerto 3º parte



“¿Dónde se fue este malparido?” gritaba Camilo Torres delante de los oficiales que estaban arribando a la finca luego de asimilar que Carlos se había escapado. Mientras tanto Gladis degollaba una gallina, tomaba con sus manos al pobre animal y lo decapitaba sin siquiera soltarle el cuello. Aunque no era el mejor día para cocinar, Gladis era extremadamente responsable con sus tareas y se había comprometido con un sancocho de gallina para ese mediodía. El cielo se iba cubriendo de una gran nube gris, un aguacero amenazante bajaba desde la montaña. Un silencio gélido invadía el ambiente, aunque pronto una patrulla de la armada interrumpiría aquel instante. Así comenzó la búsqueda del asesino, aquel impune enemigo que se había escapado de las garras del león. Carlos corría entre las matas de los plátanos, su respiración se escuchaba cada vez más agitada, sentía que sus captores estaban cerca, muy cerca de su carnada. De repente las gotas de lluvia comenzaron a caer con mayor violencia, bañando a nuestro prófugo personaje en su enérgica carrera hacia el monte, el grueso de la selva del Darien. El paisa se volvía a repreguntar sobre los detalles de los hechos acontecidos: ¿cómo se habían suscitado?, ¿cuáles habían sido sus motivaciones?, ¿qué extraña fuerza lo había llevado a convertirse en aquella bestia salvaje?. “Señora Gladis creemos firmemente que su vecino, el señor Carlos Sánchez, ha sido el culpable del asesinato de su marido Rubén, que en paz descanse” manifestaba Camilo Torres, el tenaz oficial de policía que no descansaría tranquilo hasta encontrar a Carlos. “Un equipo integrado por los más eficientes militares de la región ha comenzado una ardua búsqueda con el fin de encontrar al prófugo homicida y así poder esclarecer está terrible tragedia”, agrego Camilo. Con este formal mensaje el jefe del DAS de Capurganá logro irritar aún más a Gladis, quien no había derramado una sola lágrima por la muerte de Rubén, algo le impedía hacerlo, un extraño impulso no se lo permitía. El terreno comenzaba a elevarse, las colinas estaban más cerca, y ya el camino marcado que Carlos conocía iba desapareciendo. El paisa empezó a utilizar el machete zigzagueando la cuchilla entre las matas y los arbustos que iban creciendo en tamaño. La lluvia continuaba con la misma intensidad y los árboles oscurecían la vía, creando una ambiente de suspenso terrorífico. A su vez los sonidos de la selva aumentaban, envolvían a nuestro intrépido personaje en su huida hacia lo desconocido. En ese instante sus pequeños pies se toparon con un árbol que se hallaba caído en el piso, y el movimiento despertó a una culebra, una mapaná (Bothrops) que descansaba enroscada en el tronco. La serpiente, reconocible por su típico dibujo en herradura sobre su lomo, se irguió frente a Carlos, abriendo la boca en un ángulo cercano a los 180 grados, lista para atacar a su víctima. El paisa sintió un punzante escalofrío que le recorrió el organismo, una sensación que lo dejó inmóvil frente al adversidad; freno su carrera y quedo encantado frente a la mirada amenazante del venenoso reptil, poseedor de un largo, flexible y delgado cuerpo, mientras este aumentaba su altura y se preparaba para atacarlo. Carlos alcanzó a reaccionar, una milésima de segundo más y está historia tendría otro final. La culebra mostró sus dientes y estiró el cuello a gran velocidad. El paisa, inmerso ya en la pelea, esquivó la mordida y justo a tiempo consiguió desenfundar el arma, miró fijamente a su virtuosa enemiga, y le dio el golpe de gracia, logrando fraccionarla en dos partes antes de caer en manos de su veneno. Luego, cegado por el miedo y la adrenalina, culminó su asesinato cortando a la serpiente en pequeños pedacitos. La lluvia seguía cayendo del cielo, cada vez con más fuerza. Carlos se sentó sobre el terreno, exhausto, mirando los trozos de carne mutilados. Todavía le temblaban las manos y se percató que su machete había desaparecido. Flexionó los codos para ponerse de pie, pero cayó aparatosamente hacia abajo. En ese instante la suave luz que iluminaba la selva se apagó. Una filosa piedra rasguño su espalada, aunque finalmente se sumergió en el estanque de agua, estaba adentro de una cueva. ¿Adónde estoy?, se preguntaba Carlos mientras movía sus pequeños brazos buscando desesperado la superficie. “Estás en casa Carlos, volviste a casa”, una dócil voz contestó a su pregunta….
El paisa salió del agua disparado como un misil. “¿Quién anda ahí, quien es el que anda ahí?” pregunto asustado. “Tú sabes bien quien soy”, un fuerte eco respondió en la oscuridad de la caverna. “Súbete a la canoa que tienes a tu izquierda y rema hacia delante Carlos”. Nuestro personaje escuchó esta afirmación y nadó hacia la embarcación, sin siquiera preguntarse las razones. Flexionó sus pequeños brazos y luego de algunos intentos desafortunados pudo treparse. El bote estaba construido con madera de cedro y medía aproximadamente dos metros de largo por uno y medio de ancho. Tenía un solo remo, y Carlos lo sumergió expectante ante su próxima aventura. A su paso comenzó a distinguir grandes dibujos en las paredes de la cueva, extrañas inscripciones de color blanco que resaltaban en la oscuridad. Lograba distinguir algunas que se asimilaban a animales de la selva, tales como tucanes, guacamayas y tigrillos. En particular se detuvo en una con forma de serpiente. La mirada de ese reptil era idéntica a la de su reciente enemiga. “Carlos bájate de la canoa y trepa por ese agujero hasta llegar a la luz que ves al final del camino, ahí encontrarás tus respuestas”, la suave voz de Rubén se esfumó otra vez. Carlos subió a gran velocidad, estaba expectante, sentía que su vecino estaba vivo, que todo había sido una cruel pesadilla. Cuando cruzó la cueva, nuestro personaje se encontró con una escena que nunca imagino, que ninguno imagino hasta ahora. Allí parado frente a él estaba Camilo Torres, mirándolo fijamente; a su derecha había un pequeño mono tití dando saltos en círculos; a su izquierda completaban la imagen un centenar de animales salvajes, así como también hombres y mujeres de todas la edades que se mantenían en silencio. “Carlos por fin nos vemos otra vez” el pequeño mono se acerco al paisa dando brincos en las filosas piedras que tenía a sus lados. “Carlos tú y nosotros somos energía, capaces de flotar en el aire ó incluso de rotar en otros cuerpos. Te estábamos esperando desde hacía mucho tiempo". Así, luego de estás dulces palabras, el pequeño primate clavó el machete perdido de Carlos en su estomago. Un crudo frío invadió a nuestro personaje, una sensación que comenzó a subir por su cuerpo desde la punta de sus pies hasta la altura de sus ojos. Carlos miró al infinito y sonrió otra vez.