viernes, 22 de febrero de 2008

Varité y más colores






20 de febrero de 2008,

Un eclipse en el cielo, se ve en Argentina, se ve en Venezuela, se ve en Colombia, se ve en Perú, se ve en Bolivia, se ve en Ecuador, se ve en Uruguay y en Paraguay. Hasta se ve en Brasil y las Guayanas. Es un espectáculo impactante desde una ciudad, un eclipse que se atreve a tapar la luna llena y dejar a oscuras a quien camina por la selva, por el monte en una noche de luna llena.

21 de febrero de 2008,

Colores, intensos son los colores que surgen de Varieté, los mensajes que me ha enviado ese pequeño cuento, la herramienta para comer y la estrategia para llegar a la gente, unir la palabra desde el más remoto espacio. Aquí van algunas fotos de los impecables trabajos de los alumnos del Instituto de Diseño de Valencia, Venezuela, los que se imaginaron a los personajes de Varieté y los plasmaron en distintos tonos artísticos...

miércoles, 13 de febrero de 2008

Maikol el gnomo y la magia de los árboles



Maikol camina solo por el monte. Dice la leyenda que el Gnomo fue imaginado por los primeros indígenas de la zona y temido por todos sus descendientes. También cuentan que fue el terror de los colonizadores españoles e ingleses en los primeros años de las conquistas, compartió tesoros invaluables con Henry Morgan y su compañía, vivió siempre entre la selva y el mar, entre el río y los árboles. Él anda vestido de color verde, un sombrero tejido en hoja de palmera y unos puntiagudos y largos zapatos de caucho; sus ojos son dorados como el oro que desea y su cabello oscuro y reluciente. Cuentan los indígenas que en los primeros tiempos fueron sus amigos, cuando Maikol era el guardián de la selva, contemplando y defendiendo las maravillas de la naturaleza. Sin embargo al descubrir el gnomo las primeras piedras preciosas, perdió su razón de ser y se transformo en un demonio incontrolable. Su destino cambió de rumbo, sus ojos cambiaron de color, su sed incontenible perdió el sentido de su presencia en estás tierras, su amor por los otros seres, su luz y sabiduría. El pequeño gnomo despertó así la ira de los dioses, pero aún así, continuó destruyendo la montaña, saqueando los ríos, a los colonizadores y hasta a los más violentos piratas que el mar haya transportado...

De Maikol,

Tic, Tac, Tic, Tac... el reloj de agujas que está clavado en la pared marca las 5.30 de la mañana. Maikol abre los ojos, sus filosos dientes producen un chillido abominable para los oídos humanos. El gnomo estira su cabello hacia atrás y con un salto perfecto se pone de pie. Sin perder tiempo baja las escaleras desde la cima de su árbol, el mismo árbol seco que lo alberga desde los principios del nuevo mundo, y aterriza en la cocina (o lo que se asemeja a ella). Busca unos plátanos, unas guayabas y algunas naranjas para el desayuno. "¿mmmmm Cuantos años tengo ya?" se pregunta el gnomo y casi sin pensarlo se desliza hacia un cofre. Abre su puerta y una cegadora luz invade el ambiente, una luz amarilla y brillante. Maikol chasquea su gran lengua contra sus filosos dientes, sus ojos se abren, redondos, temerosos, y toma una vasija con sus dos manos, hipnotizado por el color, por el olor del oro. El gnomo cierra el cofre violentamente y sonríe. Luego toma una botella de Ron que había dejado en la cocina, la bebe de un trago. "La bebida de los dioses" dice y ríe mientras las gotas de ron se deslizan por su rostro.
Empieza a cocinar los plátanos y escucha un ruido que viene desde el centro de la selva, "mmm, piedras, hermosas piedras" dice Maikol y de un salto pasa de un árbol a otro, con gran destreza, con la agilidad de un felino. De repente se encuentra con un enorme árbol de Javillo, que tiene una gelatinosa sábila que brilla en medio de su tronco, hermosa, cristalina. La luz del Javillo está en el centro y Maikol se acerca, mientras su saliva cae, saboreando su nuevo AMBAR...

martes, 5 de febrero de 2008

Un tesoro en el cielo



A veces sos un susurro, una canción de cuna en la oscuridad, y cuando cierro mis ojos veo la luz de los tuyos, esa luz que se esconde detrás de la montaña.
Muchas veces fuiste paciencia, una sonrisa interminable que nunca se apagaba, el arte de querer, pelear, pensar y extrañar. En ese espejo real donde se reflejan las nubes que se unen en formas, te imagino en un mundo paralelo, otro lugar entre nosotros. Y te buscó, saben los dioses del mar que te buscó entre lo onírico y el tejido de los atrapa sueños, y pocas veces te encuentro, aunque esas contadas veces son suficientes para cruzar la barrera de la realidad y fundirnos entre sollozos y susurros, entre miradas y recuerdos. Entre el pasado y el presente, el futuro es primavera. Dejo el ámbar en tus manos, es la magia que nos conecta. Entre tantas tormentas y revueltas, son solo sonrisas las que quedan en el aire.

Memoria, tristeza, alegría y fantasía


04/02/2008