miércoles, 1 de abril de 2009

Buscando la salida del Sol


En tiempos de cambios la paz es un camino sinuoso, difícil de alcanzar frente a un vacío de ideas. El guerrero saca a relucir el escudo del miedo y de esa forma tapa el razonamiento. Nuestro continente latinoamericano conlleva un viento de aprendizaje, esos procesos están acompañados por la educación, la comprensión, la satisfacción, la locura, y la impunidad de la gente y las instituciones. Somos viento y tormenta, las acciones a veces se nos escapan de las manos, y son esas mismas manos las que luego nos ayudan a escondernos, a borrar el pasado.

Una mañana en México D.F (Destino Fatal)

El trabajo es sinónimo de salud, buscar alternativas para el sustento, explorar formas de ganar dinero y a la vez pasar un buen rato. México es la ciudad humeante más grande e intensa del mundo. El Valle donde se sitúa la legendaria Tenochtitlán tiene niveles niveles de contaminación escalofriantes (al aire se emiten más de 547 mil toneladas anuales dióxido de carbono y los emisores principales son las industrias de bebidas y tabaco, y la alimentaria, debido a sus altos consumos de combustible para la producción), las narices sangran, se altera la respiración, las bocinas que suenan y retumban en nuestros oídos, millones de barbijos azules que muestran el deterioro de la civilización consumista. Al igual que en Lima, La Paz y Caracas, está ciudad amanece con el trueno de las bocinas, sumiendo a los habitantes y pasajeros en un concierto que altera el sistema nervioso, llevándonos quien sabe a donde.
Era un frío domingo matinal del mes de febrero. La avenida Insurgentes y Río Churubusco era una magnífica intersección para empezar la jornada. Ella estaba vestida con una malla negra, una pollera roja, sus grandes ojos verdes resaltaban a través de sus pestañas, su boca estaba pintada de rojo fuego. Él llevaba rastas y un sombrero negro, plateado y gris. Eran malabaristas, cirqueros que buscan seguir viajando por el mundo, presentando un breve y entretenido número de pases con clavas, de 1 minuto. Los acompañaba un diariero chilango, ocupado en sus propios asuntos, chaparrito de ojos café. Ellos comenzaron su rutina, mientras un frío viento les erizaba las manos. De repente apareció una mujer, pequeña, de cachetes inflados y una mirada perdida. " Este es nuestro semáforo, mi familia trabaja aquí desde hace 20 años, váyanse antes de que venga mi marido". Él la miró a ella, perplejo ante la amenaza de la señora, mientras volvían por la calle luego de recoger su recompensa. La señora llevaba de la mano a una pequeña, vestida y pintada como una payasita. Era su hija, en sus primeros años de vida tenía la responsabilidad de pedir dinero para mantener a su familia, un domingo a las 9 de la mañana. Ellos accedieron la petición, pero él no dejo pasar la oportunidad y le comentó a la señora que los niños no tienen que trabajar, deben ir a la escuela, jugar, comer bien y compartir, no son herramientas sino hijos. Luego, ellos se fueron rápido de la escena, a buscar otro semáforo donde trabajar. Caminaron tres cuadras y cuando se dieron cuenta tenían tres muchachotes y una enorme mujer persiguiéndolos, bien cerquita. Llegaron a la esquina y cuando dieron vuelta se encontraron, se cruzaron, los enfrentaron. "Nadie le dice eso a mi morrita", Él intentó calmarlos, hablar civilizadamente, pero ya era demasiado tarde. Optó por una estrategia segura y se arrojó al suelo, se hizo un pequeño bollito, mientras los cuatro agresores lo pateaban con saña y violencia. Ella intentó defenderlo, pero cuando intentó pararlos, la muchacha, traída especialmente para la ocasión, la sujeto del cuello y la puso contra la pared, sin que pudiese hacer nada. Fueron cincuenta interminables segundos, sumidos en el descontrol de la calle. ¿Qué pasa por la calle? ¿No pasa nada? Así se fueron después, la ola de violencia, un domingo por la mañana.
Por suerte todavía no había pasado a mayores.

Continuará

1 comentario:

Manuel Poverene dijo...

Abrazo grandote turclown!!! y aca elongando y estirando los brazos para poder abrirlos bien grande para cuando llegues dartelo en persona!!