El sol sale y se esconde detrás de las nubes, mientras un frío y seco viento se impregna en la piel. Cuenca es una hermosa ciudad, patrimonio cultural de la humanidad, un sitio que trasmite paz y roba una sonrisa en cada esquina. La solidaridad y la buena predisposición caracteriza a la gente de este paraje, quizás no tan renombrado por el viajero rampante, pero sin duda un lugar mágico y tranquilo para el trotamundos. Ahí van algunas fotos para que sigán viajando...
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