viernes, 23 de marzo de 2007

Buena onda


El viento sobre el caballo resuena, estamos en un universo paralelo, mientras una suave copla alimenta los oídos.

Desgracia y alegría: Solidaridad y amabilidad.
La montaña encierra recuerdos.
Se escucha la emoción en las estrofas de esas originales historias, un aluvión de sonidos traduce la idioscincracia del lugar.
Trabajo, valor, impunidad, frecuencia, conciencia,

El pasto se acuesta al sentir el sol y el caballo galopa pendiente de una voz.

1 comentario:

Sivandar dijo...

Hace mucho tiempo fui el viento
que recorría claro las estepas.
Hace mucho amé tanto
que duró mucho tiempo
(y era viento).
Cuando por esas épocas fui viento
entretuve hojas
y hojas de escritura rara
con esa especulación propia de los huesos (me fue dada).
Y fui viento que habla.
Por ese tiempo amé tanto
que dolió de veras el tener que irme.
Y fuí
y ni siquiera sostuve la seguridad y el dominio
y en ese caso, perdí el habla al irme.
Del amor eso quedó;
fui viento
y muy poco a poco fui cayendo
hasta cesar en este lugar.
Y no fui, ni volví.


Canción a los Atlántida