miércoles, 13 de febrero de 2008

Maikol el gnomo y la magia de los árboles



Maikol camina solo por el monte. Dice la leyenda que el Gnomo fue imaginado por los primeros indígenas de la zona y temido por todos sus descendientes. También cuentan que fue el terror de los colonizadores españoles e ingleses en los primeros años de las conquistas, compartió tesoros invaluables con Henry Morgan y su compañía, vivió siempre entre la selva y el mar, entre el río y los árboles. Él anda vestido de color verde, un sombrero tejido en hoja de palmera y unos puntiagudos y largos zapatos de caucho; sus ojos son dorados como el oro que desea y su cabello oscuro y reluciente. Cuentan los indígenas que en los primeros tiempos fueron sus amigos, cuando Maikol era el guardián de la selva, contemplando y defendiendo las maravillas de la naturaleza. Sin embargo al descubrir el gnomo las primeras piedras preciosas, perdió su razón de ser y se transformo en un demonio incontrolable. Su destino cambió de rumbo, sus ojos cambiaron de color, su sed incontenible perdió el sentido de su presencia en estás tierras, su amor por los otros seres, su luz y sabiduría. El pequeño gnomo despertó así la ira de los dioses, pero aún así, continuó destruyendo la montaña, saqueando los ríos, a los colonizadores y hasta a los más violentos piratas que el mar haya transportado...

De Maikol,

Tic, Tac, Tic, Tac... el reloj de agujas que está clavado en la pared marca las 5.30 de la mañana. Maikol abre los ojos, sus filosos dientes producen un chillido abominable para los oídos humanos. El gnomo estira su cabello hacia atrás y con un salto perfecto se pone de pie. Sin perder tiempo baja las escaleras desde la cima de su árbol, el mismo árbol seco que lo alberga desde los principios del nuevo mundo, y aterriza en la cocina (o lo que se asemeja a ella). Busca unos plátanos, unas guayabas y algunas naranjas para el desayuno. "¿mmmmm Cuantos años tengo ya?" se pregunta el gnomo y casi sin pensarlo se desliza hacia un cofre. Abre su puerta y una cegadora luz invade el ambiente, una luz amarilla y brillante. Maikol chasquea su gran lengua contra sus filosos dientes, sus ojos se abren, redondos, temerosos, y toma una vasija con sus dos manos, hipnotizado por el color, por el olor del oro. El gnomo cierra el cofre violentamente y sonríe. Luego toma una botella de Ron que había dejado en la cocina, la bebe de un trago. "La bebida de los dioses" dice y ríe mientras las gotas de ron se deslizan por su rostro.
Empieza a cocinar los plátanos y escucha un ruido que viene desde el centro de la selva, "mmm, piedras, hermosas piedras" dice Maikol y de un salto pasa de un árbol a otro, con gran destreza, con la agilidad de un felino. De repente se encuentra con un enorme árbol de Javillo, que tiene una gelatinosa sábila que brilla en medio de su tronco, hermosa, cristalina. La luz del Javillo está en el centro y Maikol se acerca, mientras su saliva cae, saboreando su nuevo AMBAR...

martes, 5 de febrero de 2008

Un tesoro en el cielo



A veces sos un susurro, una canción de cuna en la oscuridad, y cuando cierro mis ojos veo la luz de los tuyos, esa luz que se esconde detrás de la montaña.
Muchas veces fuiste paciencia, una sonrisa interminable que nunca se apagaba, el arte de querer, pelear, pensar y extrañar. En ese espejo real donde se reflejan las nubes que se unen en formas, te imagino en un mundo paralelo, otro lugar entre nosotros. Y te buscó, saben los dioses del mar que te buscó entre lo onírico y el tejido de los atrapa sueños, y pocas veces te encuentro, aunque esas contadas veces son suficientes para cruzar la barrera de la realidad y fundirnos entre sollozos y susurros, entre miradas y recuerdos. Entre el pasado y el presente, el futuro es primavera. Dejo el ámbar en tus manos, es la magia que nos conecta. Entre tantas tormentas y revueltas, son solo sonrisas las que quedan en el aire.

Memoria, tristeza, alegría y fantasía


04/02/2008

martes, 29 de enero de 2008

Difusión de Paisajes






El mar no cesa, sus aguas cubren las rocas de las orilla, un sin fin de sonidos que regala la naturaleza en su máximo esplendor, la magia de la canción. En el camino a la montaña se ven los caballos, madre e hijo que están saboreando el placer de la tranquilidad, tan próximos al descontrol de la urbanización, perdidos en tiempo y espacio. Cuanto más vamos a seguir destruyendo el mundo, será la basura lo que termine tapando los ríos más hondos, contaminando el núcleo que nos da de comer...
¿Como llega un plástico que cubre las latas de cerveza a la pata de un pato?
Los prisioneros van y los políticos se alimentan. Mientras Latinoamérica se une, y con rotunda descalificación se florea con la liberación de los secuestrados, el imperialismo tiembla entre los barrotes de su franja de cemento, perturbados por la posible recesión, temerosos ante una próxima debacle financiera, esperando el paso en falso para atacar por la retaguardia.
Los árboles crecen y sus frutos nos alimentan. Es maravilloso sacarse los zapatos en el bosque y pisar el pasto, la tierra, sentir los minerales que entran por el cuerpo, contemplar a nuestra madre tierra. Y seguir caminando, llegar a la montaña y mirar por encima de ella, desde las alturas contemplar el paisaje majestuoso y preguntarnos....
¿En qué cabeza cabe continuar con la destrucción de los paisajes soñados, la tala de árboles desmedida en el amazonas, la contaminación del Lago Maracaibo, el basurero derrochado por las grandes potencias hacia los países 3º mundistas?
Así pasan los años, entre quejas y tertulias, entre fuego y agua.
El mar se retira de la orilla, arrastrando todo a su paso, majestuoso ante los ojos de todos...

jueves, 24 de enero de 2008

Maikol el gnomo y la magia de los árboles



¿Qué linda es la Luna cuando aparece detrás de la montaña no?.
Fue ayer la última vez que caminé por Corrientes y Mario Bravo o tal vez estoy volviéndome loco. Anoche me desperté sobresaltado, pensé que estaba en Sarmiento, la persiana estaba baja, la habitación vacía. Me levanté y salí de la carpa, respire el aire puro que venía del mar y me puse a pensar ¿Cuantas lunas pasaron ya?
Hubo alguna en Perú, me acuerdo de una especial en Quito, ufff tantas en Medallo y esas maravillosas lunas de Cuyagua, esa luna que el mar ve salir naranja desde atrás bien atrás y despide cuando todo se está aclarando, al sur bien al sur.
Estoy sentado sobre una roca, en la arena, mientras ella duerme. La viejita está al lado mío, me mira y mueve la cola cuando la llamo, tan linda. Empiezo a caminar por la playa, los gegenes me persiguen, saben que en pocos minutos el sol volverá a brillar y tendrán que esconderse hasta el atardecer. El día está precioso, ni una nube cubre el cielo azul, que logra verse casi completo. Cruzó la boca del río Cuyagua, que se mezcla con el agua del mar, y empiezo a buscar leña, algún palo de bambú que haya quedado en el piso. Veo a Martín Pescador planeando por el río, algún pájaro carpintero haciendo su casita y como siempre la Viejita que me sigue de cerca, cuidando mis pasos. Mi andar es tranquilo, contemplando la madre naturaleza, nuestra madre tierra que tan espectacular es, tan brillante, tan mágica. De repente a lo lejos veo algo que se mueve, rápido salta de una roca a la otra. La perra empieza a ladrar y corre detrás de este nuevo personaje. Logró ver sus movimientos, son ágiles, como si no le gustará que lo vean...
¿Quién será este personaje?, ¿Qué estará buscando?
Continuará....

jueves, 3 de enero de 2008

Feliz año, Feliz 2008


Uhhhh Chamo, que rico empezar un año nuevo, nuevas historias, más anécdotas, en fin la vida. El 24 lo pasamos con Chicharron y los muchachos en Colombia, cerca de Bogotá. Hubo una rica comidita (todo muy vegetariano, Vida Sana), un paisaje soñado, pero a las 12 y media ya estabamos todos durmiendo, (esteque yo brindo a las 10 ehhh, ja). Nos desvelamos al otro día bien temprano y recorrimos la finca de Lolaima. Juntamos naranjas, guayabas, vimos Lulo´s, de todo un poquito. Por la tarde nos fuimos al río y Chicharron casi se cae trepando por las rocas, todo fue risas y sol. Entre el cajón peruano y el ui uiu uiuiu ahhhh ahhh, se nos paso la tarde, cantando "como un marranito en patineta" saborando un agua de panela. Año nuevo fue otra cosa Chamo, me acorde de ella, tan hermosa. Me subí a un camión y la busqué, la busqué hasta que la encontré. Venezuela me atrapó otra vez, tu sabes, así es que hay que viajar. Aunque faltán huevos, hay poca leche y la cerveza es light, Venezuela tiene su sabor especial. Nos encontramos en la terminal, me miró, la bese. Sí los perros también nos besamos y nos gusta mucho eso del amor. De ahí corrimos para Caracas, jaja, entre artesanías y malabares recibimos el año...

FELIZ 2008 Loco!!!!

Bueno espero que sea con fantasía este año, que sea con alegría, con imaginación, con paciencia y armonía... Por ahí me contaron que se viene otra en la familia (no es un error de tipografía, creo que es una nena) y que mis niños están hermosos, ni hablar de la familia, ahhh que lindo año para los pìbes y las pibas, y todos esos personajes del camino, esos derrochadores de magia....

Este nuevo año seguiremos con más historias, más aventuras, más cuentos, más Latinoamérica únida por la palabra...

Alegría nao tem fin

Caramelo dixit " Que siga la Rumba Chamo, las vainas y tal"

miércoles, 19 de diciembre de 2007

El día a día, la vida Chamo...

Estoy en el aire, estoy saboreando el pollo con salsa de mango, una última brisa de aire me da un gran impulso, me lleva a develar una incógnita. Una extraña sensación me invita a pensar que hay algo más detrás de esa puerta, una luz en el infinito. La historia con Pelusa fue libre desde el primer momento, free si me entiendes?, ambos sabíamos que mucho no podía durar, no valía la pena precipitarnos, pensar en un futuro cuando ser joven es una bendición. Sin embargo, que se haya encontrado con ese montañero sí que me dejo sin aliento, a mí haberme dejado por ese grandulón, así es, así son las chicas. Aunque estaba dolido por la situación (poco lo demostraba igualmente) me quede en la playa, me atrapo la suavidad, el aire de mar, esa atmósfera perfecta entre los caracoles y la arena. Los fines de semana comíamos mariscos y tomábamos ron, buen ron. En la semana nos buscábamos la vida, tu sabes, rastrillando la basura, alguna buena frutica y a bañarnos al río. "Hay que seguir viajando mi hermano" eso me dijo una noche sin estrellas Cara de Loco. Él era extranjero, del sur me dijo, aunque nunca le entendí bien de que país. El tipo era flaco, tenía la mirada perdida, buscando siempre alguna anécdota que contar. Un perro digno, dispuesto a ayudar a quien lo necesite, solitario, melancólico, pensando siempre a la luz de la luna. Chicharron andaba con él a veces también, aunque Cara de Loco era solo, andaba solo. Él me enseño mucho, un idealista. También estaba La Viejita, la más respetada entre los perros de la playa. Ella andaba de costado, con sus tetillas cerca del suelo, tan dulce, tan especial. Luego de haber masticado burda de huesos sus dientes delanteros estaban flojos, pero su vitalidad y sabiduría crecían día tras día. Ella me ayudo mucho cuando llegue a la playa, me adoptó, me mostró como se guerreaba, el día a día, la vida Chamo. Ni las garrapatas nos paraban en ese entonces, éramos libres, éramos la revolución. Un día llego, a todos nos llega y a Cara de Loco le llego. Era una tarde hermosa, los zancudos nos rasguñaban la espalda, la Viejita se rascaba mientras me sacaba la lengua, guiñándome los ojos, tan linda. Yo cantaba " y me pongo loco y fantaseo con el mar" volvía en mí, miraba al horizonte y más allá, cuando de improvisto llegó Chicharon. "Que pasa Chicha" le dije, y él solo me miro, esa cara de zorro triste me avisaba una nueva fatalidad; "Hey Caramelo es Cara de Loco, está mal". Todos corrimos, aunque llegamos tarde, muy tarde. Cara de Loco yacía tirado en la arena, con una herida abierta en el pescuezo, tiritando, indefenso entre el dolor y lo desconocido. Lo miré, me miró, nos unimos en un solo ladrido de auxilio. "Fue el Negro, el que está con Pelusa" me dijo Chicha. Volteé la cabeza y ahí estaban esos ojos amarillos, punzantes, buscando saciar su hambre. Fue entonces cuando fuimos por él. Los Valientes perros buscan al asesino, pensé que dirían los periódicos, pero solo nos quedamos viéndolo, sin poder decirle nada. Pasaron los días y enterramos a Cara de Loco, todos lloramos al extranjero. La vida siguió en la playa, pero la vibra no era la misma, menos música, más Ron. Sí, me perdí en la bebida, en la depresión. La magia estaba en el aire, aunque no la encontraba, tu sabes, aparece en el momento preciso. Chicha se fue, se enamoro de un coronel, como la farolera, y partió hacia Puy Puy, nunca más lo volví a ver. Yo por fin coroné una familia de maracuchos, y me fui de la playa y de Pelusa. Empecé a comer bien, a jugar al golf los fines de semana, whisky and Rock n´Roll. Siempre voy a extrañar esos días de aventuras. Nunca volví a ver a ninguno, aunque a veces se me aparecían en la mente, buscándome, persiguiendo el sueño venezolano.
La última escena que recuerdo de mi vida fue cuando se abrió esa puerta, allí estaba, tan hermosa, con ese ángel en sus ojos, sus piernas delgadas, su dulce mirada, primavera y frutillas con crema. No, no era Pelusa, era la Viejita que me invitaba el pollo con salsa de mango, mi último pollo con salsa de mango....

sábado, 8 de diciembre de 2007

La feria de Coro



“Hay manillas, hay manillas para su hija señora" grita Luciano mientras los venezolanos emergen de los pasillos, sin contemplar lo que ven, sin apreciar el producto. Sin embargo compran asiduamente lo que hay delante de ellos, el consumismo perfecto. Un desierto, montañas de arena donde los atardeceres nublan la visión, emocionan el alma. Las casas coloniales brotan de los cimientos con sus colores intensos; las hay rojas, amarillas, verdes, marrones y naranjas. Estamos viviendo entre el compartir y el cambiar el mundo, hacerlo mestizo y de ojos felices. Camino rápido por la avenida principal, vestido de rayas, con un sombrero de colores. Llego a la esquina, miro a mí alrededor y el sol esta empezando a bajar su intensidad, es la hora perfecta. El semáforo cambia su luz, de verde, juega con el amarillo y cambia al rojo; las pelotas vuelan por el aire, se cruzan, pasan por mi cabeza, debajo de mi pierna. Mis ojos sienten un juego de sombras a mis lados. Cuatro agentes de la ley se me acercan, me toman de las manos y me obligan a subirme a un auto....

“Súbase al carro malandro, que es eso de estar pidiéndole plata a la gente
“Pero señor yo lo que estoy haciendo es arte, hacer malabares me entiende...
“Usted porque anda así, sin casa, que hace en Venezuela?
“Estoy viajando señor
“Pero que tan mal están en su país ustedes los malandros?
“A ver papi si me dejas de decir malandro, ustedes saben hacer algo con las manos o solo pum, pum
" solo pum pum", me dijo mientras me miraba fijamente a los ojos.

Llegamos a la comisaría, monatañas de basura por todos lados, viernes a la tarde, momento de cerveza y whisky en el destacamento

" Jefe trajimos un chamo que estaba pidiendo en la calle"
El comisario: Ojos altones, moreno, encerrado en una oficina sin vida, sin ventanas.
" Sabe argentino va a tener que quedarse aquí contándonos sobre su vida por lo menos una hora, así no vuelve al semáforo a molestar a la gente...

Así fue, encerrado en una comisaría con 10 policías borrachos que hacían preguntas que iban desde lo gracioso a la insólito. A la salida me fui a la feria, a vender algunos cuentos, a hacer la plata del día....
Una tortilla de papa, un jugo de Guayaba y un marranito en Patineta...

Seguimos por el camino de la imaginación…. Cuidado por donde pisas…